En Cali siempre hace un calorcito sabroso, un solazo que pega rico; esta es la ciudad de los siete ríos, y el Pance es el parche obligatorio, sí o sí. Todo caleño ha hecho plan de río con sancocho de leña, es ley. Es la tierra del cholao, de la brisita que viene del Pacífico en la tarde y se pasea por toda la ciudad, con la que los 'hombres cometa' surfean las nubes; y yo, desde Siloé, soñaba con alcanzarlos. Es la ciudad donde se toma Coacola fría con pandebono recién salido del horno, ¡una chimba!.
Ser de Cali es un privilegio, es llevar en el corazón el calor de esta tierra y la frescura de su alegría.
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